lunes, 20 de abril de 2009

Sin las mismas palabras...

Después de todo, nada es tan malo.  De un día a otro sin el mundo que tenias , creías tuyo y querías aparece degollado sobre la sangre del mismo, y al otro día,  en tus manos esta el mundo que soñaste, que esperas construir, de ese que no te acordabas en la matanza de aquel occiso. 

Ahora con el tiempo para determinar y cuantificar el daño de aquellos errores que alguna vez cometiste, cometí y esperando que el juicio de mi criterio sea el correcto para no volver a bañar de sangre los atuendos de la  esperanzas,  debo reconocer que te quiero por siempre.

Si las mañanas ya no son las mismas, sabrás que entonces las noches tampoco tendrán por qué serlo...